En el Sistema Educativo de la Comunidad de Madrid contamos con diferentes profesionales cuyo principal objetivo es dar una respuesta ajustada e individualizada al alumnado, es decir, atender a la diversidad. Siempre es bueno recordar la variedad de perfiles profesionales con los que contamos y conocer sus funciones y aportaciones a esta respuesta tan necesaria a las diferencias individuales del alumnado. Estos profesionales son:

• Maestros y maestras de la especialidad Audición y Lenguaje (AL)

• Maestros y maestras en la especialidad de Pedagogía Terapéutica (PT)

• Profesores y profesoras Servicios a la Comunidad (PSC)

• Técnicos y técnicas Superiores en Integración Social (TSIS)

• Orientadores y orientadoras Educativas

• Diplomados/as universitarios en enfermería (DUE)

• Técnicos/as educativos 

La labor de todos estos profesionales siempre está organizada y planificada para atender al alumnado, familias y equipo docente, con el último fin de ajustar la respuesta educativa al alumnado para así alcanzar su máximo éxito en su proceso de enseñanza-aprendizaje.

Sin embargo, según avanzan los cursos observamos una constante limitación de nuestras funciones debido al aumento de ratio en relación al alumnado que se atiende junto con con el aumento de trabajo burocrático y administrativo. Un claro ejemplo es la reciente Resolución 254 sobre centros preferentes de alumnado con TEA que incluye la posibilidad de aumentar a 7 el número de alumno atendidos por los profesionales que atiende de forma extensa y especialidad a alumnado con trastorno del espectro del autismo ( hasta ahora el máximo eran 5 alumnos/as). Otro ejemplo es el constante incumplimiento de la recomendación de alumnado atendido por un orientador, la UNESCO recomienda 1 orientador por 250 alumnos pero en Madrid se duplica y triplica esta proporción. En el caso de Educación Especial tampoco contamos con un criterio objetivo de ratio/especialista.

Ante está situación la Administración en lugar de regular la ratio o aumentar la plantilla estructural de los centros para así conseguir cambios estables a largo plazo, opta por realizar contratos externos y temporales . Estas medidas tienen un claro carácter de intervención puntual, perdiendo de vista la labor de prevención que tiene la Educación. Tenemos ejemplos con el programa de la Fundación Alicia Koplowitz o los programas dependientes de fondos europeos, y por lo tanto con una duración determinada ( programa UA0, programa PROA+). Otra situación es la de proponer nuevos perfiles (fuera de la función pública) que atiendan ciertas situaciones, es el caso de la valoración de incluir psicólogos colegiados en los centros educativos. Padme Pública se ha expresado de forma clara ante esta situación (ver artículo “Psicólogos clínicos en la escuela ¿patologización de la Educación?”) Una tercera medida que plantea la Administración es dejar la decisión sobre la organización de la atención al alumnado a la propia organización del centro (equipo directivo), generando así situaciones poco objetivas y por lo tanto discriminatorias.

Desde Padme Publica queremos denunciar esta situación en la que la Administración menosprecia a los especialistas de la atención a la diversidad dificultando el desempeño de sus funciones y poniendo medidas cortoplacistas y externas. A lo largo de las próximas semanas iremos publicando entradas en nuestra web sobre los diferentes profesionales y sus funciones. #PadmeVisibiliza #STOPParchesEnEducación